Acambay cuenta con una gran riqueza que avala la grandeza de su gente; sus manos reflejan el  trabajo de los campos cultivados llenos de sueños y esperanza.

 

Huamango mar de vida, historia y cultura. De valles con anhelos que no pasan e historias que perduran. Las Peñas cordillera de los hombres, cuna de varias leyendas, leyendas que no mueren.

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Sus pequeños pueblos muestran aún parajes desconocidos, las montañas se van adentrando, se visten de verdes oscuros entre ocultas ramas se descubren maravillas de colores sin igual.
 

Sus tradiciones, ideas acompañadas de un sentimiento de certeza, llenas de colorido y alegría son la costumbre de cada paso de la vida y dan muestra de su negación al olvido.

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​Acambay, tierra de mañana de un sol resplandeciente que abre los parpados al horizonte inmensurable, palpita el corazón de sus pueblos y sangre ñhañhú, de agrestes paisajes de pencas y maíz, de espejos que pintan de colores el firmamento, tierra de un hombre; todo una misma esperanza.

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